Hoy celebro contigo mi nueva vuelta al sol, agradecida infinitamente con el universo por mis bendiciones.

Desde que era niña, he amado celebrar a lo grande mis cumpleaños. Quizá me recuerda a mi bella infancia con mis papás contratando magos, payasos o show infantil para mi hermana y para mi cuando era nuestra fiesta. Siempre nos acostumbraron a compartir esos momentos con la familia y amigos.

A lo largo del tiempo, he celebrado de muchas maneras. He tenido cumpleaños maravillosos, con fiestas increíbles, comida, música, pero también he tenido cumpleaños tristes, con mi mamá en el hospital, pero siempre agradecida de tener un año más de vida.

Desde muy jóven me adentré a la espiritualidad y comencé a entender el poder astrológico de mi vuelta al sol. Llena de vivencias, de experiencias y de sabiduría. Y ahora este hermoso día 22 de febrero, no solo es la celebración festiva que amo, si no también, es un momento de reflexión profunda, un momento de transformación de mi destino.

He convertido la gratitud compartida en una costumbre que amo, desde hace muchos años. Organizaba una meditación con mi pacientes, alumnos y amigos más cercanos. Siempre agradeciendo todo lo que ha llegado a mi vida y por lo que está por venir. Ofreciendo la meditación grupal para la sanación Universal, el amor a quien lo necesitara y la plenitud a todos los seres vivos. Amando a la Diosa Madre Tierra, enviando luz regeneradora para ella y para todos sus hijos. Y finalmente, compartía con los presentes, comida y bebida, así como un rato muy agradable.

Siempre lo hice como una forma de servicio a la Diosa.

Los últimos dos años, dejé de hacer esta maravillosa experiencia. En 2019, porque mi mamá estaba muy grave y estuvimos muchos meses en el hospital, hasta que finalmente falleció. Y justo el día de mi cumpleaños, estuve en el hospital todo el tiempo a su lado. Recuerdo perfecto que después de no poder coordinar una conversación lúcida, el universo decidió regalarme un rayito de esperanza, al dejarme escuchar a mi mamá platicarme cosas de su vida y hablando coherentemente. Aunque ella no recordaba que era mi cumpleaños, fui muy feliz de verla un poco mejor.

En cambio, en 2020, festejé como si supiera que este año no podría hacer nada. Aunque estaba muy triste y sensible, extrañando locamente a mi mamá, decidí celebrar la vida con las personas que mas amo: mi familia. Fuimos a varios conciertos, varios eventos y comimos y bebimos delicioso, pero no me sentí lista para hacer una invocación espiritual y meditar, podía sentir la presencia de mi mamá por todos lados y todo el tiempo y me sentí muy vulnerable por eso.

Ahora 2021, después de sobrevivir a un año caótico, restrictivo, regenerativo, me siento lista para meditar y para retomar esta hermosa tradición, que por cierto, mi mamá disfrutaba mucho. Pero las circunstancia actuales de la pandemia no me permiten hacerlo como acostumbraba, pero eso no quiere decir que no me tome mis momentos para compartir con ustedes un pequeño ritual.

Hice algo simbólico y aunque no es una meditación, es una forma de dar gracias a la vida por todo lo que me ha dado. Porque he creído siempre que las bendiciones deben compartirse. Y yo me siento muy bendecida por todas las transformaciones que mi alma está viviendo.

Con los 4 elementos, vamos a pedir al Universo nuestra estructura para este nuevo año. Las cosas que queremos lograr y el trabajo interno que queremos hacer o al que queremos enfocar nuestra energía. En el video te explico un poco más a detalle.

A ti que me estás leyendo o viendo, quiero agradecerte con todo mi corazón, que seas parte de mi vida.

Porque aún si no nos conocemos en persona, aún si solo me conoces porque ves mis videos, eres parte de esta hermosa comunidad que he formado a lo largo de lo años. Porque nuestras almas están vibrando en sintonías parecidas, que nos han hecho coincidir. Y yo formo parte de ese camino y tu del mío. Y solo por eso, quiero decirte que te comparto todo el amor que el universo pueda manifestarme. Gracias, gracias, gracias.

Dedico con toda humildad, mi vida y mis misiones espirituales a la Diosa, que es quien guía mis pasos, inspira mi corazón para hablar con ustedes y me lleva por caminos evolutivos para reencontrarme conmigo misma. Honro la maravillosa oportunidad de vivir, disfrutando hasta el más mínimo detalle, como si hoy fuera el último día de mi existencia en este plano. Familia cósmica, gracias por coincidir conmigo. Que el Universo los bendiga de todas las maneras posibles.

Con todo mi amor:

Ishtar Freya.

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